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Aviones Privados


Como imaginarás, el precio de un avión es elevadísimo. Se trata de máquinas construidas y equipadas con la más alta tecnología. Para que te hagas una idea, el abanico de precios del fabricante europeo Airbus va desde los 76 millones de euros hasta los 437. Y eso cada avión. Así que, si multiplicas ese precio por toda la flota que puede tener una aerolínea, puedes entender la necesidad de proteger la inversión que supone la compra de los aviones ante el riesgo de accidente. Por ello, existen seguros de aviones que cubren los daños que puedan sufrir las aeronaves en esos casos.

Sin embargo, y aunque no lo parezca, los daños del propio avión no representan el mayor riesgo para la aerolínea. Incluso tampoco lo serían los daños o perjuicios que, con motivo de un accidente del avión, puedan sufrir los pasajeros o el equipaje (para los que también existe un seguro, y además obligatorio). El principal riesgo que cubren los seguros para aviones son los daños que se puedan causar a terceras partes, con motivo de las operaciones aeronáuticas que se realicen. Los daños a terceros son poco frecuentes, pero eso no quiere decir que no puedan ocurrir. Además, las consecuencias de, por ejemplo, la caída de un Jumbo en una zona poblada pueden ser devastadoras. Todas las partes afectadas deben ser indemnizadas por el daño sufrido.

Es por ello que el legislador, tanto nacional como internacional, ha establecido un eficaz sistema de protección de los derechos de los usuarios del avión y de terceras personas que puedan verse afectadas por un accidente u operaciones de las aeronaves. En este esquema de protección el seguro de avión juega un papel fundamental como garante o protector del patrimonio económico, tanto de las aerolíneas como de sus usuarios y resto de ciudadanos. De hecho, aunque tú no lo percibas, para cualquier operador aéreo tan importante como disponer de los pilotos y la tripulación de cabina necesarios, es disponer de la correspondiente protección que te da un seguro para aviones. Literalmente: sin seguro, no se vuela.
Porque todos estamos interesados en seguir volando.

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